Según la Materia Bretona (Ciclo Artúrico).
El Santo Grial (Santo Graal) fue la sagrada copa utilizada por Jesús en la Última Cena. De acuerdo con la tradición, el Grial fue guardado por José de Arimatea, y en él fue recogida la sangre que manaba del costado de Cristo crucificado. Se creía también que José de Arimatea, después de enterrar el cuerpo de Cristo, viajo a Gran Bretaña para llevar allí al Grial.
El Santo Grial estaba asociado con el primer asentamiento cristiano de Gran Brretaña en Glastonbury. La copa fue transmitida generación tras generación entre los descendientes de José de Arimatea.
El Grial poseía muchas cualidades, como eran el poder de proporcionar la comida necesaria para alimentar al que estuviese libre de pecado. El Grial aparece por primera vez en el poema medieval Parzival.
Parece que sir Percival fue el primer caballero que vio el Santo Grial, aunque en versiones posteriores de la leyenda es sustituido por sir Galahad como el único digno de contemplarlo. Estas versiones cuentan que Percival sólo pudo contemplarlo parcialmente. En las últimas leyendas, el Santo Grial se convierte en un objeto de consagrada búsqueda, y el papel de líder de la búsqueda era asignado a sir Galahad. Otros caballeros también lo intentaron encontrar, pero sólo sir Bors, Percival y Galahad lo consiguieron.
Muchos rasgos de la historia del Grial son considerados como una reminiscencia de las leyendas celtas que fueron cristianizadas por los primeros obispos cristianos para poder evangelizar más fácilmente. Las historias conocidas por la cultura popular cristianizadas servían para poder controlar la moral de la gente que escuchaba las leyendas del Grial.
Esta conexión entre el Grial y la cultura celta se explica según un desarrollo de la obra de Chrétien de Troyes: el poema inacabado de Perceval el Galo, que fue continuado por otros escritores. Sir Thomas Malory desarrolló el tema de la búsqueda del Grial en su obra Morte d'Arthur.
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