El solsticio de invierno, en el hemisferio norte, significó para muchos pueblos indoeuropeos el triunfo del Sol Invicto sobre las tinieblas, el renacimiento del Astro Rey. Desde épocas ancestrales, los primeros grupos humanos celebraban el solsticio de invierno como la noche del nacimiento de la luz.
Por todo ello, el día del solsticio de invierno significó una celebración en muchas civilizaciones antiguas de todo el mundo.
La Navidad:
Es evidente que el desarrollo de la tradición y simbología cristiana tuvo lugar en la Europa mediterránea. El Oriente mediterráneo estaba influenciado por la cultura helenística, el centro por la romana y el Occidente por el panteón céltico. El norte de Europa también estaba influenciado por culturas indoeuropeas como el propio celtismo o las religiones germánicas y eslavas. En ese caldo de cultivo se asentó una religión que chocaba frontalmente con las creencias anteriores a la cristiandad.
La Iglesia fue fundada en sus orígenes por misioneros judíos. De hecho, las primeras comunidades cristianas asentadas en las provincias del Mediterráneo Oriental y Asia Menor estaban dirigidas por los Apóstoles de Jesús y sus primeros seguidores, todos judíos. Poco a poco se fueron admitiendo gentiles, paganos. Se cree que hubo un cierto periodo de tiempo con un alto grado de conflictividad entre los partidarios de mantener los ritos tradicionales hebreos o de romper totalmente con ellos. Es fácil suponer que también habría un periodo en el que las primeras comunidades tuvieron que meditar si los ritos paganos podrían ser incorporados y aceptados. Este parece ser el caso de las fiestas del solsticio. El Sol Invicto y su resurrección estaban muy presentes en todas las comunidades donde el cristianismo se iba propagando.
Pero si podemos poner un lugar exacto de introducción del cristianismo en Europa, ese lugar es Roma. Roma celebraba una de las fiestas más importantes entre el 17 y el 25 de diciembre: Las Saturnales. Todo apunta a que la Iglesia Católica decidió fijar el desconocido nacimiento de Jesús en esta festividad. Sin duda fue un acierto, nada mejor que explicar a los cristianos gentiles que el renacimiento del Sol Invicto y su triunfo sobre las tinieblas no era más que un símbolo del nacimiento del Hijo de Dios y su triunfo sobre el Mal.
En el año 354, el Papa Liberio decretó la instauración de la fiesta de la Natividad el 25 diciembre. Poco a poco, la mayor parte de las Iglesias Cristianas fueron adoptando esta fecha como la perfecta para dicha celebración.
El inicio del año:
Sin duda alguna, el nacimiento del Sol era un acto de celebración para casi todas las culturas del mundo. Ocurría una vez al año y significaba, por lo tanto, el inicio de un nuevo ciclo solar.
El nacimiento del sol en las culturas indoeuropeas:
Esta celebración era muy importante en todas las tradiciones religiosas indoeuropeas, desde la tradición céltica hasta la hindú pasando por la cultura grecorromana. Eran festividades llenas de alegría y bailes y fiestas, no en vano había renacido el Sol y los días iban a ser más largos.
En Persia se celebraba el nacimiento de Mitra. Mitra era un dios solar del que se desconoce poco en su origen ya que la mayor parte de su mito surgió como copia del Jesús Cristiano. El culto a Mitra se extendió en los panteones politeístas de otros pueblos como el de Roma.
En Escandinavia se celebraba el Jul, la fiesta de sacrificio de los elfos, en honor al rey de Alfheim: el dios Frey, el tercero en importancia dentro del panteón germánico. Alfheim era uno de los nueve mundos de la cosmogonía germánica y allí habitaban los elfos. El carácter chamánico de esta festividad era evidente en las religiones germánicas y tenía más que ver con ciclos de la cosecha de comienzo del invierno que con el propio solsticio en sí. El neopaganismo ha introducido una fiesta similar para intentar hacer sombra a la Navidad llamada Fiesta de Yule.
Para el mundo celta también había una festividad en relación al solsticio. Al igual que la tradición germánica, las celebraciones iban más encaminadas a celebrar un ciclo de la cosecha que un ciclo solar. Era, por tanto, una celebración que se ha considerado druídica. Sin embargo, se sabe que la festividad de la diosa gala Epona era celebrada el día 18 de diciembre. Es importante este hecho ya que Epona fue incluida dentro del panteón romano y se celebraba su fiesta en plenas Saturnales. Epona tenía su equivalente en las Islas Británicas en la Macha irlandesa y la Rhiannon galesa.
El nacimiento del Sol en culturas no Indoeuropeas:
En la América Central precolombina se celebraba el nacimiento del Dios Sol, al igual que en Europa y Asia. De hecho se cree que varios ritos tradicionales navideños en México provienen de los antiguos ritos mexicas y aztecas.
En el antiguo Egipto se celebraba el nacimiento de Horus, dios solar, de la virgen Isis. Isis estaba considerada como una diosa de carácter celeste que daba a luz al Sol Horus.
Conclusión:
Como se puede observar, el solsticio es una festividad recurrente en la historia de las civilizaciones de todo el mundo. Parece claro que las primeras comunidades cristianas no celebraban la Navidad y que ésta se introdujo como respuesta a las celebraciones rituales precristianas que permanecieron tras la propagación de la fe cristiana en las comunidades de Europa, mezclando las antiguas tradiciones paganas con la nueva devoción a Cristo.
Vemos como las Saturnales se celebraban en torno al solsticio de invierno y era un periodo de paz y hermanamiento para los romanos. Que en la religión germánica, la fiesta de Jul era en honor al padre de los elfos. Que en las religiones mesopotámicas existía la figura de Mitra. Todas estas tradiciones rituales fueron incorporadas al culto cristiano, convirtiéndose en ritos aceptados por la Iglesia. Sin embargo, el valor teológico de la Navidad es escaso, simplemente es una aceptación de las antiguas formas de celebración locales adaptadas para convivir con el cristianismo.
Por todo ello, el día del solsticio de invierno significó una celebración en muchas civilizaciones antiguas de todo el mundo.
La Navidad:
Es evidente que el desarrollo de la tradición y simbología cristiana tuvo lugar en la Europa mediterránea. El Oriente mediterráneo estaba influenciado por la cultura helenística, el centro por la romana y el Occidente por el panteón céltico. El norte de Europa también estaba influenciado por culturas indoeuropeas como el propio celtismo o las religiones germánicas y eslavas. En ese caldo de cultivo se asentó una religión que chocaba frontalmente con las creencias anteriores a la cristiandad.
La Iglesia fue fundada en sus orígenes por misioneros judíos. De hecho, las primeras comunidades cristianas asentadas en las provincias del Mediterráneo Oriental y Asia Menor estaban dirigidas por los Apóstoles de Jesús y sus primeros seguidores, todos judíos. Poco a poco se fueron admitiendo gentiles, paganos. Se cree que hubo un cierto periodo de tiempo con un alto grado de conflictividad entre los partidarios de mantener los ritos tradicionales hebreos o de romper totalmente con ellos. Es fácil suponer que también habría un periodo en el que las primeras comunidades tuvieron que meditar si los ritos paganos podrían ser incorporados y aceptados. Este parece ser el caso de las fiestas del solsticio. El Sol Invicto y su resurrección estaban muy presentes en todas las comunidades donde el cristianismo se iba propagando.
Pero si podemos poner un lugar exacto de introducción del cristianismo en Europa, ese lugar es Roma. Roma celebraba una de las fiestas más importantes entre el 17 y el 25 de diciembre: Las Saturnales. Todo apunta a que la Iglesia Católica decidió fijar el desconocido nacimiento de Jesús en esta festividad. Sin duda fue un acierto, nada mejor que explicar a los cristianos gentiles que el renacimiento del Sol Invicto y su triunfo sobre las tinieblas no era más que un símbolo del nacimiento del Hijo de Dios y su triunfo sobre el Mal.
En el año 354, el Papa Liberio decretó la instauración de la fiesta de la Natividad el 25 diciembre. Poco a poco, la mayor parte de las Iglesias Cristianas fueron adoptando esta fecha como la perfecta para dicha celebración.
El inicio del año:
Sin duda alguna, el nacimiento del Sol era un acto de celebración para casi todas las culturas del mundo. Ocurría una vez al año y significaba, por lo tanto, el inicio de un nuevo ciclo solar.
El nacimiento del sol en las culturas indoeuropeas:
Esta celebración era muy importante en todas las tradiciones religiosas indoeuropeas, desde la tradición céltica hasta la hindú pasando por la cultura grecorromana. Eran festividades llenas de alegría y bailes y fiestas, no en vano había renacido el Sol y los días iban a ser más largos.
Un ejemplo de este tipo de festejo era la Fiesta en honor a Saturno y el Sol Invicto en Roma. La alegría, la comida y la bebida era parte importante de la festividad. Era un periodo en el que se debía ayudar al prójimo, también a los esclavos. Incluso existía la tradición de hacer regalos. La fiesta empezaba el día 17 de diciembre y terminaba la noche del 24, celebrando el día 25 el “Natalis Solis Invicti”. El mundo helenístico tenía en Dioniso y su nacimiento un motivo de celebración del solsticio el día 25 de diciembre.
En Persia se celebraba el nacimiento de Mitra. Mitra era un dios solar del que se desconoce poco en su origen ya que la mayor parte de su mito surgió como copia del Jesús Cristiano. El culto a Mitra se extendió en los panteones politeístas de otros pueblos como el de Roma.
En Escandinavia se celebraba el Jul, la fiesta de sacrificio de los elfos, en honor al rey de Alfheim: el dios Frey, el tercero en importancia dentro del panteón germánico. Alfheim era uno de los nueve mundos de la cosmogonía germánica y allí habitaban los elfos. El carácter chamánico de esta festividad era evidente en las religiones germánicas y tenía más que ver con ciclos de la cosecha de comienzo del invierno que con el propio solsticio en sí. El neopaganismo ha introducido una fiesta similar para intentar hacer sombra a la Navidad llamada Fiesta de Yule.
Para el mundo celta también había una festividad en relación al solsticio. Al igual que la tradición germánica, las celebraciones iban más encaminadas a celebrar un ciclo de la cosecha que un ciclo solar. Era, por tanto, una celebración que se ha considerado druídica. Sin embargo, se sabe que la festividad de la diosa gala Epona era celebrada el día 18 de diciembre. Es importante este hecho ya que Epona fue incluida dentro del panteón romano y se celebraba su fiesta en plenas Saturnales. Epona tenía su equivalente en las Islas Británicas en la Macha irlandesa y la Rhiannon galesa.
El nacimiento del Sol en culturas no Indoeuropeas:
En la América Central precolombina se celebraba el nacimiento del Dios Sol, al igual que en Europa y Asia. De hecho se cree que varios ritos tradicionales navideños en México provienen de los antiguos ritos mexicas y aztecas.
En el antiguo Egipto se celebraba el nacimiento de Horus, dios solar, de la virgen Isis. Isis estaba considerada como una diosa de carácter celeste que daba a luz al Sol Horus.
Conclusión:
Como se puede observar, el solsticio es una festividad recurrente en la historia de las civilizaciones de todo el mundo. Parece claro que las primeras comunidades cristianas no celebraban la Navidad y que ésta se introdujo como respuesta a las celebraciones rituales precristianas que permanecieron tras la propagación de la fe cristiana en las comunidades de Europa, mezclando las antiguas tradiciones paganas con la nueva devoción a Cristo.
Vemos como las Saturnales se celebraban en torno al solsticio de invierno y era un periodo de paz y hermanamiento para los romanos. Que en la religión germánica, la fiesta de Jul era en honor al padre de los elfos. Que en las religiones mesopotámicas existía la figura de Mitra. Todas estas tradiciones rituales fueron incorporadas al culto cristiano, convirtiéndose en ritos aceptados por la Iglesia. Sin embargo, el valor teológico de la Navidad es escaso, simplemente es una aceptación de las antiguas formas de celebración locales adaptadas para convivir con el cristianismo.
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