Esta semana hemos descubierto gracias a la información de los principales medios de comunicación, que la República de Francia y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte puedieron unirse en una misma unidad estatal en 1956. La noticia fue desvelada por un reportaje de la BBC.
Según nos cuenta el reportaje de la BBC, el primer ministro francés de la época, Guy Mollet, inició conversaciones con el gobierno británico para esta alianza que terminaría en una unión de Estados. Al parecer, las pérdidas de ambos estados del potencial que tuvieron en el siglo XIX así como fracasos puntuales, como fueron la pérdida del control del Canal de Suez, por parte británica, y la irremediable independencia de Argelia, por parte de Francia, hicieron que el primer ministro francés, anglófilo, formulase esta propuesta a su homólogo británico.
La reunión entre Guy Mollet y Anthony Eden, Primer Ministro británico, se produjo en Londres el 10 de septiembre de 1956. Mollet estaba convencido de que la situación de Argelia y la nacionalización del Canal de Suez por parte de Egipto estaba teniendo frutos gracias al presidente Yamal 'Abd Al-Nasir. El dirigente egipcio suponía, según Mollet, una amenaza para Francia y el Reino Unido, y por eso le propuso la oferta. Aunque también cabe suponer que el éxito económico y social del Reino Unido durante esos años también causaba admiración al Primer Ministro Francés.
Aunque al principio fueron receptivos, los dirigentes británicos sabían que una unidad así no iba a ser bien entendida por el resto de potencias mundiales y tampoco por lo propios ciudadanos británicos. Ante el rechazo, Mollet no se rindió y propuso al Reino Unido pertenecer a la Commonwealth. Eso supondría la aceptación por parte de Francia de la jefatura de Estado en manos de la Reina de Inglaterra. A eso Mollet estaba dispuesto, pero sabía que los ciudadanos de Francia no.
La teoría de la conspiración vuelve a surgir aquí, ya que Mollet parecía no rendirse. Según se cuenta, los gobiernos de Francia y el Reino Unido instigaron a Israel para que declarase la guerra a Egipto y así desestabilizar a Al-Nasir y recuperar el Canal de Suez para el Reino Unido y que el gobierno egipcio dejase de apoyar al independetismo argelino. En efecto, Israel y Egipto entraron en guerra, pero Al-Nasir consiguió mantener su posición y la alianza franco-británica, sin el apoyo de otras potencias como EE.UU., no consiguió nada más que demostrar que ya no eran las potencias del siglo XIX.
El hecho es que la historia de estos dos Estados ha ido en muchos tramos de la historia muy unida, aunque parece que hoy en día es imposible esta Unión, y menos en 1956, sí que podría haber habido un periodo en la Edad Media donde no hubiese sido tan extraño. De todas formas, quedó patente que el gobierno francés quería formar una gran alianza para tener más peso internacional, ya que un año después, tras las infructuosas conversaciones con el Reino Unido, logró firmar el Tratado de Roma con otros países de Europa y formar la Comunidad Económica Europea, en la que Francia tuvo un papel muy destacado.
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