Josip Broz, nació en Kumrovec, Imperio Austro-Hungaro, en la región de Croacia, el 7 de mayo de 1892. Fue un obrero que deambuló por diferentes ciudades de Austria-Hungría y Baviera coqueteando con los movimientos obreros hasta que fue reclutado para luchar en la I Guerra Mundial por las potencias centrales. Fue capturado por los rusos y escapó uniéndose al ejército Rojo. Tras la guerra regresó al recien creado Reino de Serbios, Croatas y Eslovenos donde tuvo una activa presencia política de marcado carácter pro-soviético.
Tras su presencia en la Guerra Civil Rusa y la I Guerra Mundial, se convirtió en un militante conocido dentro del socialismo internacional y en la organización obrera revolucionaria. Por eso no es extraño que, tras producirse el Golpe Militar del Ejército Sublevado de España en 1936, Tito acuda a apoyar a las Brigadas Internacionales para derrotar el fascismo. No es de extrañar, por tanto, que creara una oficina en París para el reclutamiento de voluntarios que engrosaran las filas de las Brigadas Internacionales. Hasta aquí parece que llegó su actividad contra el Golpe Militar.
Todo apunta a que Tito no participó en la Guerra Civil española. La televisión yugoslava publicó en su día una serie biográfica presentada por él mismo en la que afirma este hecho. Parece ser que quería dejar claro que nunca estuvo luchando en la Guerra de España.
Fotografía: Tito junto a otros combatientes de las Brigadas Internacionales. El primero por la derecha.
La duda surge cuando muchos combatientes, algunos brigadistas, aseguraron que Tito combatió con ellos codo a codo. Y no sólo en retaguardia, en el mismo Frente de Aragón, donde se libraron algunas de las más cruentas batallas de la Guerra. Sin embargo, sólo hay declaraciones, gente que afirma haberle visto. Nada más. Sólo una foto que no queda clara y que pudo ser tomada en cualquier otro instante.
No es extraño pensar que, si Tito hubiera combatido al fascismo en España, estuviera orgulloso de ello. Entonces, de haber ocurrido, ¿qué razón habría para ocultarlo? La leyenda de los amantes de la teoría de la conspiración dice que, quizá, Josip Broz no sobrevivió a la Guerra. Es más, ni siquiera murió “honrosamente” en batalla, sino traicionado por uno de los suyos, por la espalda. No sería el primero, ni el último. El PCUS y el PCE ejecutaron a decenas de combatientes antifascistas por no acatar al pie de la letra las ordenes llegadas del despacho de Stalin, ensimismado en su propio culto y con la creencia casi mística de que la divinidad le había puesto ahí. Y eso que todavía no había triunfado en la II Guerra Mundial. Es por ello que corrió una teoría que aseguraba que Tito fue asesinado y remplazado por un agente ruso que actuó como él hasta el final de sus días.
Atendiendo a tal extraña teoría, que habría engañado a todo el mundo durante casi 50 años, muchos han sido los que han empezado a ver fantasmas que probaría tal hecho. Se decía que Tito, en realidad, no tenía un acento claro. No tenía acento croata, ni serbio, ni esloveno, ni ningún otro de cualquier idioma o dialecto de Yugoslavia. Hablaba bien, pero se notaba que tenía un acento extraño. Obviamente, nosotros no lo podemos confirmar, pero eso se ha comentado. También está claro que un hombre que está 20 años deambulando por el mundo y hablando diversos idiomas, pueda perder su acento original.
Una leyenda cuenta que tras la II Guerra Mundial, por fin fue a visitar a su familia. Muchos han visto en este hecho un punto más a favor de la conspiración. ¿Por qué tardó tanto tiempo en ir a visitar a los suyos? Pero aún hay más. Se cuenta que tras la visita su madre dijo que ese no era su hijo. Claro, esto se puede interpretar de muchas maneras. Los conspiranoicos creen que hay que verlo en toda su literalidad, el Mariscal no era Josip Broz.
La leyenda llega hasta el propio Franco. Se cuenta que el dictador decía sobre Tito:“Me gustaría recibirle, con gusto le enseñaré la tumba de Josip Broz”.
Referencias:
Semanario Serbio
Tras su presencia en la Guerra Civil Rusa y la I Guerra Mundial, se convirtió en un militante conocido dentro del socialismo internacional y en la organización obrera revolucionaria. Por eso no es extraño que, tras producirse el Golpe Militar del Ejército Sublevado de España en 1936, Tito acuda a apoyar a las Brigadas Internacionales para derrotar el fascismo. No es de extrañar, por tanto, que creara una oficina en París para el reclutamiento de voluntarios que engrosaran las filas de las Brigadas Internacionales. Hasta aquí parece que llegó su actividad contra el Golpe Militar.
Todo apunta a que Tito no participó en la Guerra Civil española. La televisión yugoslava publicó en su día una serie biográfica presentada por él mismo en la que afirma este hecho. Parece ser que quería dejar claro que nunca estuvo luchando en la Guerra de España.

La duda surge cuando muchos combatientes, algunos brigadistas, aseguraron que Tito combatió con ellos codo a codo. Y no sólo en retaguardia, en el mismo Frente de Aragón, donde se libraron algunas de las más cruentas batallas de la Guerra. Sin embargo, sólo hay declaraciones, gente que afirma haberle visto. Nada más. Sólo una foto que no queda clara y que pudo ser tomada en cualquier otro instante.
No es extraño pensar que, si Tito hubiera combatido al fascismo en España, estuviera orgulloso de ello. Entonces, de haber ocurrido, ¿qué razón habría para ocultarlo? La leyenda de los amantes de la teoría de la conspiración dice que, quizá, Josip Broz no sobrevivió a la Guerra. Es más, ni siquiera murió “honrosamente” en batalla, sino traicionado por uno de los suyos, por la espalda. No sería el primero, ni el último. El PCUS y el PCE ejecutaron a decenas de combatientes antifascistas por no acatar al pie de la letra las ordenes llegadas del despacho de Stalin, ensimismado en su propio culto y con la creencia casi mística de que la divinidad le había puesto ahí. Y eso que todavía no había triunfado en la II Guerra Mundial. Es por ello que corrió una teoría que aseguraba que Tito fue asesinado y remplazado por un agente ruso que actuó como él hasta el final de sus días.
Atendiendo a tal extraña teoría, que habría engañado a todo el mundo durante casi 50 años, muchos han sido los que han empezado a ver fantasmas que probaría tal hecho. Se decía que Tito, en realidad, no tenía un acento claro. No tenía acento croata, ni serbio, ni esloveno, ni ningún otro de cualquier idioma o dialecto de Yugoslavia. Hablaba bien, pero se notaba que tenía un acento extraño. Obviamente, nosotros no lo podemos confirmar, pero eso se ha comentado. También está claro que un hombre que está 20 años deambulando por el mundo y hablando diversos idiomas, pueda perder su acento original.
Una leyenda cuenta que tras la II Guerra Mundial, por fin fue a visitar a su familia. Muchos han visto en este hecho un punto más a favor de la conspiración. ¿Por qué tardó tanto tiempo en ir a visitar a los suyos? Pero aún hay más. Se cuenta que tras la visita su madre dijo que ese no era su hijo. Claro, esto se puede interpretar de muchas maneras. Los conspiranoicos creen que hay que verlo en toda su literalidad, el Mariscal no era Josip Broz.
La leyenda llega hasta el propio Franco. Se cuenta que el dictador decía sobre Tito:“Me gustaría recibirle, con gusto le enseñaré la tumba de Josip Broz”.
Referencias:
Semanario Serbio
Comentarios