Prisciliano de Ávila fue un eclesiástico hispano. Se cree que nació en Gallaecia a mediados del siglo cuarto. La provincia romana de Gallaecia comprendía gran parte del noroeste peninsular y, aunque su obra fue difundida principalmente en torno al obispado de Ávila, tuvo más repercusión en el noroeste de la provincia, donde años después la monarquía sueva pudo darle más cobijo como hecho diferencial frente a la dominante monarquía visigoda.
De fe cristiana, fue imbuido por el pensamiento gnóstico oriental, probablemente procedente de Egipto, así como del pensamiento maniqueo. Su pensamiento fue conocido como priscilianismo. Su doctrina parece que era muy conservadora con la antigua ley mosaica, negaba la Trinidad y no seguía la ortodoxia de la Iglesia Oficial de Roma. Todos estos razonamientos fueron considerados por muchos contemporáneos como herejía, sobre todo la negación de Jesús como divinidad dentro de la Santísima Trinidad y la creencia personal en que Tomás era su hermano gemelo.
Él, con la ayuda de sus principales colaboradores, difundió su mensaje que cautivó, entre otros, a los obispos Instanciano (Istancio) y Salviano (Silvano). Tras unos años de difusión de su doctrina, el Concilio de Zaragoza de 380 decretó excomunión para Prisciliano y tres obispos hispanos que le apoyaban. Cómo reacción, estos obispos decidieron ordenar sacerdote a Prisciliano y le nombraron Obispo de Ávila.
Sus conflictos con la cúpula del poder de Roma fueron a peor cuando no sólo no se arrepintieron de su herejía, sino que intentaron justificarla y pedir explicaciones al Papa Dionisio. Al ver que no podían hacer nada por medios eclesiásticos, acudieron a los medios civiles. Tras cuatro años de favor del emperador, supuestamente debido a sobornos varios, el cambio de emperador llevó a Prisciliano y a los suyos a ser condenados por un tribunal civil por crimen de magia.
En el año 385 fue decapitado ante la Porta Nigra de la ciudad de Tréveris. Tras la muerte de los herejes, su mensaje se propagó más, convirtiéndose en mártires de la causa de lo que se llamó el priscilianismo. Aunque fueron oficialmente perseguidos, siguieron acumulando seguidores.
Comentarios